Rita del Carmen Cordero Márquez
Psicóloga y Psicoterapeuta
Psicóloga y Psicoterapeuta
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Desde muy temprana edad sentí curiosidad por comprender el comportamiento y el sufrimiento humano. Me preguntaba: ¿Por qué unas personas parecen más felices que otras? ¿Qué las lleva a sentirse mal? Y sin saberlo, aquellas preguntas que revoloteaban por mi cabeza, junto a mis propias vivencias y experiencias personales, especialmente las vividas durante mi propia adolescencia, iban a dirigir lo que hoy día se ha convertido en el motor de mi vida: la ayuda a las personas en sus procesos de cambio, crecimiento y desarrollo de su potencial.
Inicié mi viaje por la Psicología cursando mis estudios en la Universidad Complutense de Madrid. Durante los primeros años de formación compaginaba los estudios con el trabajo, y a medida que iba adquiriendo nuevas experiencias, se fue despertando en mi el interés por las personas que habían experimentado situaciones traumáticas (abuso sexual infantil, maltrato infantil, violencia de género, personas en privación de la libertad). Por ello, tras finalizar la carrera continué mis estudios realizando un Máster en Mujeres y Salud con especialización en la Intervención en Violencia de Género, lo que posibilitó que pudiera trabajar con mujeres internas en Instituciones Penitenciarias, en proyectos de salud para mujeres inmigrantes y con mujeres víctimas de violencia de género.
En 2017, mi viaje cambió de rumbo y volví a Las Palmas. El aterrizaje no fue nada fácil, me encontré de frente con antiguos miedos, y con algunas piedras en el camino que me impedían desempeñar mi rol profesional. Decidí seguir formándome y encontré la Terapia Gestalt a través del IGC, donde me especialicé en infancia y adolescencia. Etapa que marcó un antes y un después en el camino, tanto a nivel personal como profesional. A nivel personal, aprendí a darme cuenta de mis propias necesidades de manera más respetuosa y responsable. A nivel profesional, me dotó de herramientas de gran utilidad con las que me sentí más cómoda para llevar a cabo mi quehacer profesional de manera más auténtica, confiada y presente en la relación terapéutica.
Mientras continuaba formando trabajé como psicóloga en distintas ONGs. Colaboré en un programa de prevención indicada de consumo de drogas con jóvenes y familias (Proyecto Hombre). Trabajé coordinando un proyecto de intervención psicosocial con mujeres en riesgo de exclusión social, en un proyecto de intervención comunitaria con jóvenes (Asociación A ti Mujer), y en un proyecto de prevención y sensibilización de la violencia sexual (Federación de Mujeres Arena y Laurisilva). También he trabajado en el ámbito público para diferentes Servicios de Atención Especializada para Mujeres y Menores Víctimas de Violencia de Género (Concejalía de Igualdad de Telde, Mancomunidad de Municipios de Medianías de Gran Canaria).
Actualmente compagino el trabajo en hogares de acogimiento residencial con menores en situación de desamparo con la consulta privada gracias a la oportunidad que se me ha brindado de formar parte del equipo de psicoterapeutas del Instituto Canario de Psicoterapia donde me formé. Hoy me siento afortunada, y me sigo preguntando: ¿Hay algo más bonito que acompañar a las personas en el proceso de descubrimiento del potencial que existe en ellas para hacer frente a sus experiencias? Quedándome maravillada con cada persona con la que me encuentro, aprendiendo de cada una de ellas y de sus procesos. Y, reafirmándome en la creencia de que, cuando las personas conectan con el momento presente, con confianza y con un buen acompañamiento, son capaces de transformar las experiencias dolorosas en el motor de cambio hacia la creación de su propia obra de arte.
Porque así es como entiendo la terapia, como un proceso de construcción artística en el que la terapia se convierte en el espacio de seguridad donde el profesional a través de la escucha activa, la autenticidad, la honestidad y la presencia, acompaña a la persona paso a paso en el proceso de creación y descubrimiento de su obra de arte: su propio proceso de aprendizaje, crecimiento y desarrollo de su potencial.
Inicié mi viaje por la Psicología cursando mis estudios en la Universidad Complutense de Madrid. Durante los primeros años de formación compaginaba los estudios con el trabajo, y a medida que iba adquiriendo nuevas experiencias, se fue despertando en mi el interés por las personas que habían experimentado situaciones traumáticas (abuso sexual infantil, maltrato infantil, violencia de género, personas en privación de la libertad). Por ello, tras finalizar la carrera continué mis estudios realizando un Máster en Mujeres y Salud con especialización en la Intervención en Violencia de Género, lo que posibilitó que pudiera trabajar con mujeres internas en Instituciones Penitenciarias, en proyectos de salud para mujeres inmigrantes y con mujeres víctimas de violencia de género.
En 2017, mi viaje cambió de rumbo y volví a Las Palmas. El aterrizaje no fue nada fácil, me encontré de frente con antiguos miedos, y con algunas piedras en el camino que me impedían desempeñar mi rol profesional. Decidí seguir formándome y encontré la Terapia Gestalt a través del IGC, donde me especialicé en infancia y adolescencia. Etapa que marcó un antes y un después en el camino, tanto a nivel personal como profesional. A nivel personal, aprendí a darme cuenta de mis propias necesidades de manera más respetuosa y responsable. A nivel profesional, me dotó de herramientas de gran utilidad con las que me sentí más cómoda para llevar a cabo mi quehacer profesional de manera más auténtica, confiada y presente en la relación terapéutica.
Mientras continuaba formando trabajé como psicóloga en distintas ONGs. Colaboré en un programa de prevención indicada de consumo de drogas con jóvenes y familias (Proyecto Hombre). Trabajé coordinando un proyecto de intervención psicosocial con mujeres en riesgo de exclusión social, en un proyecto de intervención comunitaria con jóvenes (Asociación A ti Mujer), y en un proyecto de prevención y sensibilización de la violencia sexual (Federación de Mujeres Arena y Laurisilva). También he trabajado en el ámbito público para diferentes Servicios de Atención Especializada para Mujeres y Menores Víctimas de Violencia de Género (Concejalía de Igualdad de Telde, Mancomunidad de Municipios de Medianías de Gran Canaria).
Actualmente compagino el trabajo en hogares de acogimiento residencial con menores en situación de desamparo con la consulta privada gracias a la oportunidad que se me ha brindado de formar parte del equipo de psicoterapeutas del Instituto Canario de Psicoterapia donde me formé. Hoy me siento afortunada, y me sigo preguntando: ¿Hay algo más bonito que acompañar a las personas en el proceso de descubrimiento del potencial que existe en ellas para hacer frente a sus experiencias? Quedándome maravillada con cada persona con la que me encuentro, aprendiendo de cada una de ellas y de sus procesos. Y, reafirmándome en la creencia de que, cuando las personas conectan con el momento presente, con confianza y con un buen acompañamiento, son capaces de transformar las experiencias dolorosas en el motor de cambio hacia la creación de su propia obra de arte.
Porque así es como entiendo la terapia, como un proceso de construcción artística en el que la terapia se convierte en el espacio de seguridad donde el profesional a través de la escucha activa, la autenticidad, la honestidad y la presencia, acompaña a la persona paso a paso en el proceso de creación y descubrimiento de su obra de arte: su propio proceso de aprendizaje, crecimiento y desarrollo de su potencial.
Rita del Carmen Cordero Márquez