Todo lo que nos sucede, lo experimentamos en el cuerpo. Nuestros pensamientos, nuestros comportamientos y nuestras emociones los experimentamos en lo corporal.
Cuando no tomamos conciencia de todo lo que nos ocurre, es cuando los síntomas psicosomáticos empiezan a manifestarse.
Lo psicosomático es como un altavoz que amplifica el contacto con nosotros mismos. Desde la Psicoterapia Gestalt estamos muy atentos a todo lo somático, el psicoterapeuta aprovecha la expresión del síntoma y desde ahí investigar sobre los procesos que la persona está poniendo en marcha consigo misma o en sus relaciones.
Buscamos que el paciente tenga experiencias vivenciales, para que se empiece a escuchar, mirar, sentir desde esta dimensión y le sirva como anclaje o conexión en el aquí y ahora con lo que hace.
Es decir, tres claves fundamentales:
- Que procesos corporales pongo en marcha ahora: ritmo respiración, pensamientos, forma de mirar… etc.
- Me doy cuenta de estos procesos que pongo en marcha.
- Soy responsable como adulto de todo lo que me sucede, desde ahí, tomando conciencia y amplificando mi capacidad de darme cuenta.
En nuestra formación en Teoría y metodología Gestalt entrenamos a nuestros alumnos en tres claves basicas, con el objetivo de:
- Ampliar registros corporales conscientes en la relación de ayuda.
- Usar este conocimiento práctico para tener una percepción integral de nuestras relaciones personales y profesionales.
- Tener una nueva visión y herramientas de la intervención de lo psicosomático.
Tener entrenadas estas destrezas corporales es vital para los profesionales de ayuda. Desde nuestra Formación en Terapia Gestalt, los alumnos reciben entrenamiento personal, trabajo individual con aspectos personales psicosomáticos así como prácticas supervisadas para aplicar estas herramientas a la intervención.
Registrar de forma consiente los procesos corporales que ponemos en marcha con los pacientes o usuarios favorece una atención eficaz e integral.